jueves, 6 de octubre de 2016

Comienzo: El fomento de la lectura en las aulas


       
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       ¿Cómo transmitir a las nuevas generaciones el gusto por la lectura? Es una pregunta de difícil respuesta. 

       A lo largo de este blog describiré las ideas que se me van ocurriendo a lo largo del curso en relación al fomento de la lectura y la dinamización de la biblioteca en un centro educativo de secundaria, su puesta en práctica y sus resultados. 

       Asimismo, plantearé lecturas que han sido exitosas o no y actividades que se pueden desarrollar en la biblioteca. Comenzaré realizando una reflexión sobre si se debería o no obligar a leer a los clásicos a los/as alumnos/as y si todos/as deberían leer el mismo libro.

       El resultado de obligar a leer a los clásicos en las aulas podría ser algo parecido a lo que nos muestra el siguiente vídeo: adolescentes que odian leer, a los que les suenan títulos y personajes pero que en su vida han leído un libro entero ni posiblemente lo leerán.

 


       A comienzo de curso siempre me planteo las mismas dudas existenciales con respecto a qué leer con los/as alumnos/as
  • ¿Clásicos sí o no? En principio no salvo que sean adaptados y el nivel de lectura del grupo sea alto. En todo caso, algún fragmento para abrir boca ya que en grandes dosis podría conducir al "empacho" o saturación del público.
  • ¿Obligo a leer a todos/as el mismo libro? Hay que tener en cuenta que no todos/as tienen los mismos gustos ni los mismos niveles lectores. Es difícil leer lo que no te gusta o lo que no entiendes.
  • ¿Cómo evalúo la lectura? Hago un examen, un trabajo... Lo primero puede reducir la lectura a meros contenidos carentes de importancia. Lo segundo puede tener como resultado la copia de algunos de los múltiples trabajos que circulan por internet.
  • ¿Leemos el libro en clase en alto o cada uno lee en silencio el suyo? Lo primero puede ayudar o aburrir a los que no leen, lo segundo puede ser imposible de cumplir para los/as que no son capaces de permanecer mucho rato quietos/as.
       Ante tanta duda lo único que se me ocurrió fue partir de una encuesta con la que profundizar en la situación de cada alumna y alumno y así poder llegar a una respuesta acorde con sus necesidades. Después de hacerla y ver las respuestas creo que la mayoría del alumnado no fue muy sincero pues daba la sensación de que se trataba de verdaderos/as "devoralibros", lo cual no coincidía con sus afirmaciones en clase.

       Al final he optado por dejarles elegir el que quieran dando cierto asesoramiento. El "control" de lectura será semanal y será en forma de un resumen que deberá ir creciendo si es que esa lectura avanza. ¡Ya veré qué hago con los/as que se sigan resistiendo!

       Para acabar, ahí va un vídeo que parodia la resistencia al uso de las nuevas tecnologías pero en este caso, mostrando cómo pudo haber sido el paso del pergamino al libro. Espero que os guste.